La realidad es que hay muchos jóvenes que están abandonando esos codiciados empleos estables en empresas tecnológicas para pasar sus días y sus noches tras el volante. Se está produciendo así un cambio notable en el poder de la industria tecnológica del país.
El año pasado India volvió a resurgir como polo tecnológico, con una enorme cantidad de start-ups en e-commerce creciendo gracias al financiamiento de riesgo que, junto a gigantes como Amazon y Uber, ahora echan sombra a aquella emblemática imagen de la india como proveedora de servicios de back office.
Uber y Ola Cabs (la empresa local en ese mismo negocio) compiten entre sí para tentar a los clientes con tarifas cada vez más bajas pero también corren para contratar a millares de conductores. Ola es más grande, tiene 100.000 autos y proyecta llegar al millón para 2017.
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