Experto explica porqué por el alza del dólar hoy somos 70 % más pobres.

La escalada alcista del dólar sigue preocupando al empresario y al colombiano de a pie. Muchos abogan para que los buenos tiempos de una divisa más barata regresen, pero la incertidumbre es tal que el dólar podría mantenerse en $ 3000 por un largo tiempo, aunque en la última semana tuvo un importante retroceso.

Frente a esta coyuntura Marc Hofstetter, director de macroeconomía de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, señala que todo dependerá de la evolución de los precios del petróleo, el futuro de la economía china y de que Estados Unidos suba tasas de interés en septiembre.

Muchos colombianos andan asustados por la fuerte y rápida alza del dólar, pero la mayoría ignora las causas. Profesor, ¿cuál es la explicación de esta nueva realidad?

Hay factores externos e internos que han incidido en la tasa de cambio. Los externos tienen que ver con los problemas en la economía de China y la incertidumbre en torno a la Reserva Federal de Estados Unidos sobre si subirá o no las tasas de interés, como también por el desplome en los precios del petróleo y otras materias primas que exportan los países emergentes.  Esas fuerzas conspiran hacia un fortalecimiento de monedas como el dólar en contra del peso colombiano.

Con base todo eso, Colombia ha perdido aproximadamente un 70 % del valor de su moneda debido a la devaluación en el último año, que es mucho mayor frente a lo perdido por otros países en la región.

Por ejemplo, los mexicanos que tienen un sector petrolero casi del mismo tamaño que el nuestro como porcentaje de su economía, han registrado una depreciación de su moneda que es la mitad frente a la nuestra, a pesar de que están expuestos al mismo tipo de golpes del resto del mundo.

Usted habla de causas internas para que el peso haya perdido tanto valor. ¿Cuáles son?

Los factores internos son el otro pedazo de la devaluación. No tenemos claridad total, pero uno de esos factores es el hecho de que producimos menos frente a lo que estamos gastando. Es lo que llamamos un déficit externo en la economía que es del orden del 6 % o 7 % del Producto Interno Bruto, PIB, y eso asusta a los inversionistas del resto del mundo, y seguramente un pedazo  de los recursos que están saliendo de Colombia tiene que ver con eso.

Otra arista es la situación fiscal (menos ingresos), la cual es difícil porque estamos aumentando el déficit en ese campo y eso envía señales de incertidumbre para algunos inversionistas lo que puede seguir jalonando la tasa de cambio hacia arriba.

¿Pero es tan difícil el panorama como para que el dólar suba tan rápido?

Puede haber un poco de pánico, ya que muchos se asustan y se suben el tren por esa sobrerreación de la tasa de cambio en los últimos días.

¿Con base en todo eso, la economía colombiana si está preparada para soportar un dólar de $ 3000 por largo tiempo?

Todo esto ha sido sorpresivo. Una depreciación del peso en un 70 % en solo un año no la esperaba nadie y en ese sentido habrá gente que no estaba preparada para esta coyuntura. En el sector productivo seguramente hay muchas empresas, probablemente la mayoría, que tenían cubrimientos cambiarios para pagar sus obligaciones (deudas) en dólares, mientras otras no lo hicieron y se verán a gatas para asumir esos compromisos. Por eso, insisto, hay un componente de sorpresa muy grande y otro de sobrerreacción que de pronto se corrige hacia adelante.

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¿Usted cree o no, que el Ministro de Hacienda es demasiado optimista al señalar que la devaluación es positiva para la economía?

Eso tiene de largo y de ancho. Es cierto que dejar que la tasa de cambio absorba un pedazo de los golpes que estamos recibiendo desde afuera, resulta útil. Pero también es cierto que una depreciación del peso en un 70 % nos vuelve un 70 % más pobres. Hay que ser claros en eso. Nuestra  capacidad de compra de productos en el resto del mundo cae en ese porcentaje y eso es una mala noticia para los consumidores. El Ministro de Hacienda, sin embargo, lo ha hecho bien al mantener el ánimo de la gente al afirmar que no todo está perdido.

Si eso es un golpe, ¿por qué el Gobierno no busca esquivar de alguna medida esos impactos?

Es difícil decir por ahora qué nivel de tasa de cambio es el óptimo. El ajuste cambiario tenía una parte necesaria, y es que es mejor recibir el golpe en un precio nominal como es la tasa de cambio y no en la actividad económica del país. Pero de nuevo no quita el hecho de que nuestra capacidad de compra se redujo en un 70 % frente al resto del mundo, y eso nos desfavorece a todos porque muchos colombianos compran cosas importadas. No creo que haya un solo colombiano que no tenga un  celular, y esos aparatos no se fabrican acá.

¿Nos podría asustar de nuevo el fantasma de la inflación con un dólar  que subió los precios de viajes, planes turísticos, carros, alimentos, materias primas, tecnología, medicamentos y otros miles de productos?

El interrogante que tenemos en este instante es cuánto de esa devaluación del 70 % se puede traducir en inflación. Es difícil pensar que con ese nivel de depreciación del peso la inflación vaya a cerrar el año 2015 en los niveles que el Banco de la República está esperando, es decir, en 4,5 %, a menos que, y eso sería una mala noticia, que a la economía le vaya muy mal en los próximos meses, o haya un enfriamiento tal del PIB que la tasa de cambio suba los precios. Sería un panorama desolador terminar con una inflación cercana a lo que queremos, pero con una economía deteriorada.

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Con base en su apreciación, y si la tasa de cambio sigue subiendo, ¿hasta dónde  cree que podrían elevarse esos precios al consumidor?

Creo que personalmente la inflación crecerá más de lo que muchos esperan. Infortunadamente, ese anclaje de las expectativas inflacionarias, que al Banco de la República le gusta tanto, se va a perder un poco. Pasaremos de una inflación del 5 % este año, mientras la economía crecerá por debajo del 2,9 %.

¿Entonces, observa un 2016 más caro y complicado para  la economía de los hogares y empresas?

Hay mucha incertidumbre. Todo depende un poco de si lo que está pasando con la tasa de cambio, y el ruido que ha generado, se dirige hacia una corrección relativamente rápida a otro nivel. Si nos mantenemos con un dólar por encima de los $ 3000, me cuesta creer que el año entrante la inflación sea del 3 % como lo espera el Banco de la República. No son buenos tiempos, porque hay muchos nubarrones afuera, tanto que el mercado accionario está destrozado.

El tema del petróleo (aunque los precios han subido en la última semana) va muy mal. Somos una economía que desde el punto de vista fiscal y de ingresos se acostumbró a precios del petróleo mucho más altos. Por eso el ajuste será más costoso, tanto que algunos analistas ya estiman que la cotización del crudo podría rondar los US$30, muy lejos de los US$100 que teníamos hace un poco más de un año. Por eso, ese ajuste será doloroso para el Gobierno, pero tendrá que hacerlo. Ha hecho algunos ajustes, aunque no serán suficientes dado el nuevo rumbo que ha tomado la economía. Eso significa que es clave un mayor recorte del gasto frente lo proyectado.

¿Por qué el Banco de la República no ha intervenido para frenar la tasa de cambio, cosa que hizo cuando el dólar estaba por debajo de los $ 2000?

El Emisor se ha quedado quieto y no ha hecho nada en el mercado cambiario ni ha movido las tasas de interés desde septiembre del 2014. Hice fuerza desde marzo de este año para que el banco interviniera, pero creo que ya no podrá hacerlo. Es muy tarde, ya que cuando la tasa de cambio toma una dinámica de ese estilo, botaría la plata si sale a vender divisas. Hubiera sido útil esa intervención hace algunos meses, como  lo hizo México cuando salió a vender reservas para calmar un poco los mercados. En este momento después de haberse repetido tanto que la flexibilidad cambiaria es uno de los pilares de la economía colombiana, con una intervención enviaría una señal de que las cosas están muy mal, y eso podría tener un efecto contrario a lo que se busca.

¿No es contradictorio, de pronto, que el banco se incline por un alza de las tasas de interés, pese al enfriamiento económico?

El Banco de la República seguramente mirará con mucho cuidado las proyecciones de inflación, e infortunadamente si ve que las expectativas no son buenas por culpa de la devaluación del peso, terminará subiendo las tasas de interés. Eso sería triste en momentos en que la economía se está enfriando tanto. Pero no le quedará otra opción en el corto plazo.

¿Por qué los exportadores no están aprovechando esa tasa de cambio más alta, pues las últimas cifras no son positivas en ventas al exterior?

La tasa de cambio no es un botón mágico para que salten de inmediato las exportaciones. El dólar favorece es a aquellas empresas que ya estaban exportando, pero si queríamos que surgieran nuevas compañías con mercados externos, eso tomará más tiempo. Este dólar alto ayuda, pero necesitamos es que nos compren, aunque en el resto del mundo no están de fiesta tampoco en materia de demanda.  Y de otro lado, las importaciones continuarán cediendo.

¿Si somos competitivos con una devaluación del 70 %?

Competitividad es mucho más que tasa de cambio. Por eso no estoy convencido del diagnóstico de que Colombia tuvo enfermedad holandesa, es decir, que descuidamos a la industria y el agro por fomentar el petróleo. El hecho de que la industria haya crecido menos que otros sectores no es evidencia de que sufrimos un proceso de enfermedad holandesa. La devaluación no es botón mágico para la competitividad. Un país es productivo por las reglas de juego, tributación, infraestructura, transporte, etc.

Fuente: http://bit.ly/1JrRez0

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