Gran parte de la atención en las relaciones de América Latina con actores extrahemisféricos se ha centrado en la China, Rusia e Irán, a menudo con explícita o implícita consternación por parte de los Estados Unidos. Sin embargo, un socio extrahemisférico clave, con 1250 millones de habitantes ha permanecido casi invisible en esta discusión: la India.
En los últimos 15 años, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el comercio bilateral entre la India y América Latina y el Caribe ha crecido más de veinte veces: en 2013, alcanzó los $44.600 millones de dólares. A pesar de que esta cifra representa mucho menos que los $289.000 millones de dólares que la China ha comerciado con estos países en 2013, la tasa a la cual la India ha incrementado su comercio es similar a la expansión comercial china en esta región; el país de Asia Meridional simplemente empezó más tarde y desde un punto más bajo. Dado que las tasas de crecimiento chinas se han reducido, y el valor de sus importaciones a América Latina ha disminuido correspondientemente, se espera que la economía india crezca un 7,6% este año y un 7,7% en 2016(1) , es decir, a una tasa mucho mayor que la china.
Aunque la India no es todavía un socio comercial importante como la China, las características de su compromiso con la región ofrecen importantes oportunidades para sus empresas y gobiernos, así como para los Estados Unidos. Los dos países asiáticos tienen un creciente apetito por los commodities y los productos alimenticios, cuyo importante proveedor es Latinoamérica y el Caribe. De hecho, cuando en 2010, la China suspendió abruptamente las importaciones de aceite de soja provenientes de la Argentina, la India triplicó las importaciones de productos argentinos derivados de la soja en un total de $1800 millones de dólares (2). Asimismo, México y Colombia son importantes proveedores de materias primas de origen agrícola para dicho país.
Fuente: http://bit.ly/1RQM43n