El origen del triángulo estratégico euroasiático RIC (Rusia, India y China) data de 1996, cuando el entonces ministro de Exteriores de Rusia, Yevgeni Primakov, presentó al Kremlin un plan para desarrollar las relaciones entre Rusia, India y China en un intento de constituir una doctrina multipolar en el mundo, como alternativa a la unipolaridad impuesta por Estados Unidos tras el colapso de la Unión Soviética.
Según la exposición de Primakov, una troika Rusia-India-China (RIC) en un mundo multipolar permitiría cierta protección para las naciones independientes no aliniadas a los dictados de Occidente. Y que la crisis económica en Rusia –que había hundido al país- había presentado una rara oportunidad para la convergencia real entre estos tres países.
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En 1998, Primakov visitó la India para lanzar la propuesta de crear el triángulo estratégico RIC. Pero no fue hasta la sustitución de Boris Yeltsin, en la presidencia de Rusia, por Vladimir Putin que ambos países estrecharon sus relaciones diplomáticas y firmaron un importante tratado de asociación estratégica. Desde entonces, Rusia e India mantienen muy buenas relaciones escenificadas en cumbres anuales bilaterales.
No fue hasta mucho más tarde que el tercer miembro de triángulo, China, empezó a mirar con cierto interés esta iniciativa. La rivalidad entre chinos e indios es notoria y en 1962 cobró forma con una breve guerra surgida por cuestiones fronterizas. Ambas naciones son potencias rivales en la región y mantienen distintos puntos de vista en varios aspectos. Así que los chinos no encontraban ningún aliciente real para participar activamente en una asociación que no haría más que favorecer y fortalecer al eslabón más débil de los tres: la India.
China se interesa por el RIC
Sin embargo, para el año 2003 ya estaban las cosas funcionando y el formato encaminado. Las conversaciones entre los socios eran más fluidas y los objetivos estaban más definidos. En aquel entonces llegó a sonar, incluso, el nombre de Brasil como potencial candidato a incorporarse en la estructura. Pero, el despegue real de esta entidad tripartita tuvo lugar en 2012, coincidiendo –curiosamente- con las exitosas pruebas balísticas llevadas a cabo por la India, que demostró ser capaz de poder poner un misil en la costa este de China. Más recientemente, en febrero de 2015, asistimos a la consolidación definitiva, cuando China secundó la propuesta rusa de incorporar a la India en la Organización de Cooperación de Shangai- SCO.
Para la analista de política Ariel Cohen, de la Heritage Foundation, la doctrina Primakov “está diseñada principalmente para diluir la fuerza e influencia de Estados Unidos, mientras aumenta la influencia y la posición de Rusia en el Medio Oriente y Eurasia”. Para el actual ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) surgen de la RIC y, por ende, de la doctrina Primakov, y “cada vez hay más países” que quieren sumarse a este bloque emergente.
Pero llegados a este punto, no hay que pasar por alto las opiniones que señalan que la credibilidad estratégica de los BRICS, dentro del sistema internacional, dependerá mucho de la forma en que China e India puedan poner de lado sus diferencias y reconozcan que tienen más en común que lo que los separa. Y aquí el papel de Rusia como pivote será determinante para consolidar este triángulo estratégico euroasiático primero, y con ello, los BRICS después.
Cumbre de los RIC en 2015
De la cumbre celebrada en febrero de este año los ministros de exteriores de los tres países manifestaron de forma conjunta “la necesidad de fortalecer aún más la coordinación en asuntos globales y la cooperación práctica, con un espíritu de apertura, solidaridad, comprensión y confianza mutua” porque “la cooperación entre sus países es propicia para mantener la paz y la estabilidad internacional y regional y promover el crecimiento económico y la prosperidad a nivel mundial”.
Los RIC están decididos “a construir un orden político y económico internacional más justo, equitativo y estable, de conformidad con los propósitos y principios de la Carta de la ONU, los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica y otras normas básicas del derecho internacional” y recuerdan a la comunidad internacional el compromiso de democratización de las relaciones internacionales y la multipolaridad.
También señalan la importancia de participar en distintos foros y asociaciones. El valor que otorgan a la SCO se pone de manifiesto señalándolo como “uno de los instrumentos clave para la promoción de política multilateral, la seguridad, y la interacción económica y humanitaria en la región”. Así que a nadie le resultó extraño que la candidatura de la India para incorporarse a este organismo se materializara en la siguiente reunión mantenida por la SCO en Ufa (Rusia), el pasado mes de julio.
Una política exterior convergente de los RIC
Este bloque tripartito también va perfilando una política exterior común en alguno de los temas más controvertidos a nivel internacional. Para Siria abogan por reanudar las negociaciones de paz de Ginebra -de junio de 2012-, porque “no existe una solución militar para la crisis”. En Iraq preocupa la guerra y sus efectos secundarios y solicitan respeto para “la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Irak” al tiempo que reconocen y apoyan “los esfuerzos del gobierno iraquí para defender la estabilidad interna y combatir el terrorismo”. Para Ucrania solicitan a las partes actuar con moderación, aplicar los Acuerdos de Minsk y “buscar una solución pacífica de la crisis a través de negociaciones políticas”. Además, los RIC solicitan “que una organización independiente, objetiva, imparcial y transparente” se haga cargo de la investigación y determine las causas del derribo del avión de Malaysia Airlines MH17. Un trágico suceso que deterioró definitivamente las relaciones entre Rusia y Europa y del que todas las informaciones disponibles resultan todavía confusas y contradictorias.
En cuestiones económicas y financieras los RIC solicitan “la reforma inmediata del sistema financiero internacional para aumentar la voz y la representación de los países con mercados emergentes”, en una clara alusión a la necesidad de incorporar la moneda china como divisa integrante de los Special Drawing Rights-SDR (Derecho Especial de Giro) del Fondo Monetario Internacional-FMI, que se valorará a finales de este año. De la misma forma, defienden también el papel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) “como el foro mundial preeminente para el comercio, la negociación y la aplicación de las normas de comercio, así como para la solución de controversias comerciales” y que sea este organismo internacional en que apoye, a través de la integración, “a los países en desarrollo dentro del sistema comercial mundial”. Una declaración que parece apuntar contra la proliferación de acuerdos multilaterales entre miembros de la OMC, sin seguir las normas o pautas de la OMC, y que están rodeados de secretismo y controversia. De algunos de estos tratados –como el Acuerdo sobre Comercio de Servicios (Trade in Services Agreement- TiSA), – ya nos hemos referido con anterioridad en OroyFinanzas.com.
Además, los RIC, como progenitores de los BRICS, saludan y celebran todas las iniciativas y propuestas surgidas de este segundo bloque compuesto por cinco países (Brasi, Rusia, India, China y Sudáfrica). De esta forma, el acuerdo sobre el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, la integración financiera, la construcción de infraestructuras, la conectividad o lo intercambios culturales y educativos entre los países BRICS son alguno de los ejemplos que ilustran el fuerte impulso e integración, entre los miembros, y la confianza política alcanzada. También han sido muy bien acogidas las iniciativas lideradas por China, como son la Ruta de Seda y su Cinturón Económico (Silk Road Economic Belt) y de la Ruta de la Seda Marítima (Maritime Silk Road), además del Asian Investment Infrastructure Bank-AIIB y día a día se van perfilando nuevas iniciativas y la forma de integrar unas con otras.
Fuente: http://bit.ly/1KecN61